Recientemente, la agencia de investigación Edelman Data & Intelligence publicó su edición 23° del Edelman Trust Barometer, una encuesta de confianza y credibilidad que busca brindar información clave para el sector empresarial y que ha seguido de cerca la evolución de la credibilidad y la confianza que se deposita en los gobiernos, las empresas, la prensa y otros sectores en distintos países alrededor del mundo.¹ Si bien desde ediciones anteriores el barómetro de Edelman demostraba signos de creciente desconfianza en el gobierno, los medios o los líderes sociales, los resultados de este año son todavía más preocupantes. La más reciente edición del barómetro incluye una revisión en torno a la polarización, indicador en el que México está incluido entre los países “en peligro de polarización severa”.

¿Qué significa “polarización severa”? El tracking que realiza el estudio de Edelman señala que la polarización severa se alcanza cuando los encuestados creen que su país se encuentra profundamente dividido por sus diferencias y desacuerdos en torno a cuestiones y desafíos clave, y también creen que esas divisiones están muy arraigadas y no podrán ser superadas fácilmente.

¿Es la polarización un signo de una falla en la democracia? ¿Es deseable un país sin polarización? No necesariamente. Cierto grado de polarización puede ser el reflejo de distintas formas de tratar o experimentar un mismo problema público. Las diferencias naturales que existen en una democracia pueden ser signos de polarización, pero son benéficas cuando la democracia cuenta con las instituciones y medios para canalizar el disenso de manera pacífica.

El problema con la polarización comienza cuando su intensidad aumenta; cuando las diferencias políticas se materializan en dos segmentos de la sociedad con intereses mutuamente excluyentes, cuando se alimenta por discursos de odio e intolerancia y se abandona el principio democrático del respeto a las ideas ajenas. Normalmente, este tipo de polarización peligrosa se alimenta de actores políticos y sociales que enarbolan una retórica de “nosotros” contra “ellos”.

Cuando la enorme cantidad de diferencias en una sociedad se alinean en torno a un solo eje o dimensión, reduciendo la complejidad de los problemas y confinándola a una narrativa de división que pretende destruir a los adversarios e imponer visiones intransigentes de la realidad social, es ahí cuando la polarización puede tener consecuencias graves.

En un caso así, un entorno polarizante puede llevar a una desintegración social que afecte los cimientos de la convivencia democrática. Las descalificaciones, los discursos de resentimiento, las incitaciones a la violencia y las campañas de desinformación se transforman en un modus vivendi  que, de acuerdo con Luis Porto “transforma la política no en una lucha de ideas sino en una lucha de afectos, de emociones de atracción y repulsión. Se pierde la identidad colectiva común y se produce una polarización identitaria”.²

¿Qué consecuencias puede tener para el país continuar hacia el extremo de la polarización severa? En un estudio publicado en 2018, Jennifer McCoy señala que puede crear problemas de gobernabilidad, pues existe un rompimiento de la comunicación, al tiempo que la confianza se deteriora al punto en el que los distintos “bandos” no están dispuestos a negociar o comprometerse frente a quienes consideran sus adversarios. Del mismo modo, la polarización puede llevar a la inoperatividad del gobierno o a una sucesión de políticas diametralmente opuestas que buscan deshacer lo alcanzado por el adversario en el periodo anterior.³

Así, la polarización grave se trata de un estado que no puede mantenerse por mucho tiempo. En su texto ¿What happens when democracies become perniciously polarized?, la Carnegie Endowment for Democracy esboza los posibles destinos o escenariosde la polarización severa: la despolarización, en la que el país logra disminuir los niveles de polarización y mantiene su democracia intacta; la polarización crónica, en la que los niveles de polarización se mantienen, pero no existen graves daños a la democracia y sus instituciones, y polarización severa, que daña el estado de la democracia en el país.⁴

Centrándonos en el escenario de polarización crónica, a pesar de que existe un grado de polarización importante, esta no ha llegado a un extremo en el que la violencia política se haga presente o las instituciones democráticas se hayan dañado de manera permanente. Entre los países incluidos en esa lista se encontraban Brasil, Colombia, Ecuador y México. Si bien el texto señala que el fenómeno de la polarización severa es algo relativamente nuevo en estos países, no era posible afirmar con certeza cuál sería el siguiente paso para ellos: la despolarización o el daño permanente a las instituciones democráticas.

Aunque la polarización es un fenómeno complejo, la buena noticia es que la despolarización no es imposible. Pero hay que señalar que esto no implica la creación de un consenso nacional, o que los partidos políticos olviden sus agendas y diferencias. La despolarización implica la construcción de espacios de diálogo que permitan “enfriar” los ánimos de partes encontradas, o que posibiliten que la ciudadanía exprese su sentir de una manera más directa.

Los referendos y plebiscitos (cuando son bien aplicados), los ejercicios de diálogo y democracia deliberativa y la aplicación de otros mecanismos de participación ciudadana son medios que han servido para despolarizar países profundamente divididos en el pasado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un país despolarizado puede volver a polarizarse de forma grave, como ha ocurrido con Bolivia, Brasil, Argentina y Chile en años recientes. De ahí la necesidad de que, más allá de foros y referendos, se impulse una pedagogía del diálogo y la convivencia, que haga de la escucha inclusiva, el debate y el respeto a disentir, las características permanentes de nuestros sistemas democráticos. EP

1. Daniel J. Edelman Holdings, Inc. “2023 Edelman Trust Barometer: Global Report”, 15 de enero de 2023. https://www.edelman.com/trust/2023/trust-barometer [↩]
2. Porto, Luis, “La necesidad de reducir la polarización política: ¿nuevo contrato social o consensos en políticas específicas?”,. 19 de diciembre de 2022, https://hojaderutadigital.mx/op-ed-la-necesidad-de-reducir-la-polarizacion-politica-nuevo-contrato-social-o-consensos-en-politicas-especificas/ [↩]
3. McCoy, J. Rahman, T. & Somer, M. (2018). Polarization and the Global Crisis of Democracy: Common Patterns, Dynamis, and Pernicious Consequences for Democratic Polities. American Behavioral Scientist, 62, 16-42. [↩]
4. Carnegie Endowment for International Peace, “What happens when democracies become perniciously polarized?”, 18 de enero de 2022, https://carnegieendowment.org/2022/01/18/what-happens-when-democracies-become-perniciously-polarized-pub-86190 [↩]

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